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MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION 

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MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN

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​Liturgia Viva del Miércoles de la 4ª semana del Tiempo Ordinario


Miércoles, 1 de febrero de 2017

¿QUIÉN SE PIENSA QUE ES ÉL?

Introducción


Año I. El autor de Hebreos anima a los  cristianos que tienen que huir de Jerusalén por seguir a Cristo.

Sí, efectivamente, sus sufrimientos son difíciles de soportar, pero Dios les ama.

Él es un Padre que corrige y prueba a sus hijos por amor, para que su fe se haga más madura a través de las dificultades

y sufrimientos, que son parte de la vida y de nuestro ser cristiano. ---¿Aceptamos también nosotros esto?
Evangelio. Un hombre o una mujer como nosotros, de a pie, cuyos padres conocemos, ¿cómo se atreve,

él o ella, a hablarnos palabra de Dios  -  si es que es palabra de Dios? Jesús, el carpintero del pueblo,

a quien todo el mundo conocía, ¿cómo podría hacer milagros  y de dónde sacaba

ese extraño mensaje que proclamaba? ---

La Iglesia , con todos sus defectos, y el sacerdote, que no es  mejor que nosotros, 

¿cómo se atreven a hablarnos en el nombre de Dios? ---  Pero… Dios habla por medio de gente ordinaria.

La palabra y el mensaje de Dios  son más fuertes que los débiles mensajeros que él envía para proclamar

su palabra profética.  Los vecinos de Nazaret, sus paisanos, no aceptaron a Jesús. 

--- ¿Aceptamos nosotros a los que hablan fuerte y claro en favor de lo que es justo, verdadero y bueno?

Oración Colecta


Oh Dios, Padre nuestro sin igual:Tu Hijo, tu Palabra viviente,
vino a nosotros como uno de los nuestros,formado de la misma carne y sangre.
Disponnos para acogerle siempre y para escuchar lo que él nos diga,
aun cuando su palabra nos inquiete y nos moleste.
Y danos también valentía para pasar esta misma palabra a otros,
para que nos libere a todos y nos lleve a ti como pueblo tuyo querido.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones

Para que la Iglesia siga escuchando a los profetas que están en medio de nosotros,

ya que el Espíritu nos habla a través de ellos, roguemos al Señor.


Para que el pueblo de Dios siga escuchando la palabra que Jesús nos dirige en nuestras asambleas cristianas,

tomada como palabra de Dios dirigida hoy personalmente a cada uno de nosotros, roguemos al Señor.


Para que, ante el silencio de los que no tienen voz, los cristianos como nuevo pueblo de Dios

escuchen la voz del Señor que clama a voz en grito por justicia y compasión, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas


Señor Dios nuestro:
Tú nos pides aceptar con fe tu palabra proclamada por tus mensajeros
y sobre todo por Jesucristo, tu Palabra viviente.
Haz que reconozcamos y acojamos la humilde venida de tu Hijo
en estos signos sencillos de pan y vino.
Que su palabra y la de los profetas arraiguen en nosotros y nos transformen
en una comunidad en la que prevalezca el amor, la fraternidad,la justicia y el perdón
propios de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión 


Señor Dios, Padre amoroso:
Tú nos permites participar de tu fuerza y poder
por medio de Jesucristo, tu Hijo entre nosotros.
Que su palabra, que hemos escuchado hoy,
se haga verdad y realidad en nuestras vidas
y nos dé valor para proclamarla,
sin falsa vergüenza ni miedo,
a quienquiera que esté dispuesto a escucharla.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Bendición


Hermanos:

Hemos escuchado hoy a Jesús: Que su palabra no caiga en oídos sordos.

Y que no la guardemos sólo para nosotros mismos, sino que la compartamos con los demás

como un reto para crear todos juntos una comunidad en la que imperen la justicia, la fraternidad y el amor.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, hijo y Espíritu Santo

descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.












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El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana,

pues es el misterio de Dios en Sí mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender,

fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron

que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción

del Espíritu Santo dentro de sus corazones

en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino

en un sólo Dios en tres Personas distintas.

No es que Dios esté dividido en tres, pues

cada una de las tres Personas

es enteramente Dios.

Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés

En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe.
En la Encarnación, Dios se encarna, por amor

a nosotros, en Jesús, para liberarnos

del pecado y llevarnos a la vida eterna.
En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones

a alcanzar la vida eterna.

Para explicar este gran misterio, existen

ciertos símbolos que son entendibles

a nuestra razón: La Santísima Trinidad

es simbolizada como un triángulo.
Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto

También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida:

La vela en sí misma simboliza al Padre,

la cera que escurre es el Hijo, que procede

del Padre y la llama encendida

es el Espíritu Santo.

Los tres son "vela", pero son distintos entre sí. Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas

es "trébol" pero son distintas entre sí.

¿Que hacemos al persignarnos?

"En el nombre del Padre y del Hijo

y del Espíritu Santo"

Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, principalmente

al principio y al fin de nuestras acciones.

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz

sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio

de la Santísima Trinidad.

- En el nombre del Padre:

Ponemos la mano sobre la frente, señalando

el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios

es la fuente de nuestra vida.

-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor

a los hombres, Jesucristo se encarnó,

murió y resucitó para librarnos del pecado

y llevarnos a la vida eterna.

-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano

en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda

a cargar con el peso de nuestra vida,

el que nos ilumina y nos da la gracia

para vivir de acuerdo a los mandatos

de Jesucristo.

Algunas personas argumentan que

no es verdad porque no podemos entender

el misterio de la Santísima Trinidad

a través de la razón. Esto es cierto,

no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata

de un misterio. Es un misterio hermoso

en el que Dios nos envía a su Hijo

para salvarnos.



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Lecturas del Miércoles de la 4ª semana del Tiempo Ordinario


Miércoles, 1 de febrero de 2017

Primera lectura


Lectura de la carta a los Hebreos

(12,4-7.11-15):

HERMANOS:
Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado,

y habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión;
porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos».
Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos,

pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?
Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele;

pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad

por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura.
Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor.
Procurad que nadie se quede sin la gracia de Dios, y que ninguna raíz amarga rebrote

y haga daño, contaminando a muchos.

Palabra de Dios

Salmo responsorial


Sal 102,1-2.13-14.17-18a

R/. La misericordia del Señor dura siempre,
para los que cumplen sus mandatos


V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
R/. 

V/. Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro.
R/.

V/. La misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza.
R/.


Evangelio


Lectura del santo evangelio según san Marcos

(6,1-6):

EN aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga;

la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?

¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María,

hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos.

Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor