SOS-SOPLO DE SANTIDAD
MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION
LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS
A DONDE MANDES IREMOS . . .
A A DONDE MANDES...IREMOS
SOS-SOPLO DE SANTIDAD
LO QUE NOS PIDAS HAREMOS
MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN
Lecturas del Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Domingo, 3 de julio de 2016
Primera lectura
Lectura de la profecía de Isaías
(66,10-14c):
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas
las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor
se manifestará a sus siervos.»
Palabra de Dios
Salmo responsorial
Sal 65
R/. Aclamad al Señor, tierra entera
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre;
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi suplica,
ni me retiró su favor. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta de san Pablo a los Gálatas
(6,14-18):
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta
no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva.
La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma;
también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me venga con molestias,
porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo
esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,1-12.17-20):
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante,
de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies
que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos
en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis
a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero:
"Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no,
volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque
el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo
y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid:
"Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban,
salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies,
nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios."
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios
se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad:
os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército
del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque
se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres
están inscritos en el cielo.»
Palabra del Señor
Liturgia Viva del Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Domingo, 3 de julio de 2016
Los Discípulos Deben Ser Misioneros
Saludo (Ver Segunda Lectura)
Misericordia y paz para todos los que llegan a ser nuevos en Cristo.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
¿Cuántas personas pertenecen a nuestra Iglesia? Los católicos no alcanzan
al 18% de la población mundial. Sin embargo, Lucas recuerda hoy lo que Jesús nos dijo:
“La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rueguen al Señor que envíe obreros a su mies”.
Y entonces, ¿a quién envía Jesús? No sólo a los líderes, sino también a los discípulos.
Y ¿a dónde los envía? A todas las naciones y a todos los pueblos, ya que son setenta y dos,
tantos como pueblos conocidos en aquel tiempo. ¿Y cómo los envía? Con toda humildad,
recibiendo la hospitalidad y bondad de la gente y proclamándoles el Reino de Dios.
Pidamos a Jesús que nos haga mensajeros idóneos, especialmente por la forma
como vivimos nuestra vida cristiana.
Acto Penitencial
Somos mensajeros de Jesús. ¿Ayuda nuestra forma de vivir
a que él sea conocido y amado por los hermanos? Examinémonos ante el Señor.
(Pausa)
Señor Jesús, tú nos envías a sanar a los enfermos aquejados de cualquier enfermedad
y a anunciar el reino de Dios: R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tú nos dices que vayamos a la gente con mucha discreción,
y que aceptemos todo lo que ella con generosidad nos ofrezca:
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú nos aseguras que nada nos va a herir y que nuestros nombres
están escritos en el cielo: R/ Señor, ten piedad de nosotros.Ten misericordia de nosotros,
Señor, y perdona todos nuestros pecados. Danos entusiasmo para anunciarte
a los hermanos para que ellos te conozcan, y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos para que con nuestra vida
proclamemos el evangelio.
(Pausa)
Señor Dios de paz y de alegría:
Tú quieres que todo el mundo viva
en tu Alianza de paz y misericordia.
Sigue convocando a toda la Iglesia,
y a cada uno de nosotros,
para llevar al mundo un mensaje de paz
de justicia y de amor restaurados.
Desármanos de nuestros temores,
y, por el poder de tu Espíritu,
envíanos a anunciar la Buena Nueva,
de forma que todos reconozcan y acepten
a nuestro Señor y Salvador Jesucristo,
ahora y por los siglos de los siglos.
Primera Lectura
(Is 66,10-14c):
Un Río de Paz
En tiempo de guerra y dificultades, un profeta dice con valentía:
Dios es nuestra madre que nos va a dar la paz.
Segunda Lectura
(Gal 6,14-18):
Tenemos que Llegar a Ser Nuevos en Cristo aun cuando tengamos que sufrir,
como el Señor, podemos gozar de paz, si nos esforzamos por hacernos
nuevos y mejores en Cristo.
Evangelio
(Lc 10,1-12. 17-20):
Jesús Envía a Sus Discípulos en Misión
Jesús envía a sus setenta y dos discípulos al mundo para llevar el mensaje
de paz de Dios a los que quieran escucharlo. Los que acojan
este mensaje tendrán paz.
Oración de los Fieles
Ya que somos sus discípulos, Jesús nos envía a compartir su mensaje de paz y alegría. Presentémosle ahora el deseo profundo de paz y esperanza de todos los hombres
y mujeres de nuestro mundo, y digámosle:
R/ Señor, escucha a tu pueblo.
Para que tanto los pastores como los laicos en la Iglesia anunciemos sin descanso
la Buena Noticia de Salvación, como la fuente de felicidad y de paz para todos,
roguemos al Señor.
Para que los gobernantes y líderes de las naciones renuncien a la insensata carrera
de las armas, y depongan su soberbia y su hambre de poder, y así busquen una paz genuina
y duradera entre los pueblos, roguemos al Señor.
Para que encontremos paz dentro de nosotros mismos, aprendamos también
a aceptarnos como somos, busquemos y trabajemos por la justicia y la paz del reino de Dios, roguemos al Señor.
Para que los diferentes pueblos, razas y culturas se regocijen en las riquezas de los demás
y trabajen para dar -especialmente a los más destituidos- acceso al trabajo,
a los bienes espirituales y materiales y a la dignidad humana, roguemos al Señor.
Para que, en nuestros hogares y comunidades, todos nosotros llevemos la paz
de la comprensión y la compasión a los enfermos, a los discapacitados y a los abandonados,
y para que lo hagamos con espíritu de amor y de servicio, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, danos la gracia de saber amar y compartir tu Buena Noticia
de Salvación, pues tú eres nuestra paz, alegría y esperanza, ahora
y por los siglos de los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Que tu Hijo Jesús parta para nosotros su pan de paz
y escancie para nosotros su vino de alegría.
Que él venga con nosotros
para que hablemos palabras que generen paz
y para que tengamos el valor
de buscar la paz de la justicia,
del perdón y de la esperanza,
hoy y por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con Jesús alabamos ahora y damos gracias al Padre por habernos salvado
por la muerte y resurrección de su Hijo. Que, como discípulos suyos, trabajemos
fielmente para llevar a todos al reino de Dios.
Invitación al Padre Nuestro
Como discípulos muy interesados por el reino de Dios,
oramos a nuestro Padre del cielo
con la oración del Señor,
para que éste reino alcance a todos los hombres.
R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y concédenos tu paz en nuestros días.
Líbranos de toda auto-complacencia
que nos encierra en nosotros mismos.
Ayúdanos a compartir la alegría y esperanza
de la Buena Noticia salvadora del evangelio
con todos los que la anhelen
y también con los que sean indiferentes a ella
al desconocer sus riquezas.
Que ojalá todos nosotros trabajemos juntos
para la venida entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Señor, que nos dice:
“Vengan a mí, todos los cansados y agobiados,
que encuentran la vida difícil de soportar,
porque les voy a refrescar”.
Vengan, gustemos y veamos
la bondad del Señor.
R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú has partido para nosotros el único pan de tu Hijo
y nos has servido el vino de su única copa salvadora.
Que ojalá todos formemos y permanezcamos
el único cuerpo vivo de Cristo
en unidad, amor y paz.
Envíanos a llevar a todos tu paz,
como personas que la aman
y que quieren ser instrumentos de la misma.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: El mensaje de hoy debería sacudir interiormente al Pueblo de Dios
-a todos y cada uno de nosotros- a convertirnos en una Iglesia misionera,
abierta a todos, que alcance a todos, porque sólo Cristo y su evangelio pueden
producir alegría auténtica y paz verdadera.
Todos nosotros somos parte de esa Iglesia, y, por tanto, nuestra tarea es hacer visible
que Cristo está vivo entre nosotros.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.