LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS

       A DONDE MANDES IREMOS . . .


A A DONDE MANDES...IREMOS

SOS-SOPLO DE SANTIDAD

LO QUE NOS PIDAS HAREMOS





























































Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles

de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova

por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia

el lugar de las apariciones. Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que

se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátimadonde estaba el encino.


 En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad

y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce

según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora

se apareció como había dicho.

"¿Qué quieres de mi?"

Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario

todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.

"Si, Si"

"¿Me dirás tu nombre?"

Yo soy la Señora del Rosario

"Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?"

Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!

" ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?"

No hay nada más.

Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos

hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol,

que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.

"¡Miren el sol!"

En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado

por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños.

Lucía describe esta aparición en su diario.

Después que la Virgen se desapareció en la inmensa distancia del filmamento, vimos San José

y al Niño Jesús que parecían estar bendiciendo el mundo, ya que hacían la señal de la cruz con sus manos.

Un poco después cuando esta aparición terminó vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, me parece

que era lo Dolorosa. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo al igual que lo había hecho San José.

Esta aparición también desapareció y vi a Nuestra Señora una vez más, parecida a nuestra Señora

del Carmen (Sólo Lucia vio la última aparición, anticipando su entrada al Carmelo unos años después.

Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco. Sin embargo a Lucía

nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes

de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova, antes de dejar Fátima para ir a un internado

de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios.

Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció

un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol.

Entre los testigos estaban los siguientes:

O Seculo (un periódico de Lisboa por gobierno y anticlerical.

Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado ya que no querían vencer el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía

en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjoun gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores

más cercanos gritar: ¡un milagro! ¡un milagro!

Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos

tenían la cabeza descubierta, y que buscaban ansiosamente algo en el cielo, el sol temblaba,

hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las layes cósmicas – el sol "danzaba" de acuerdo

a las expresiones típicas de la gente.

Había un viejecito parado en las escaleras de un ómnibus con su rostro volteado hacía el sol que recitaba el credo

en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos.

Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente

que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro.

La gente se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió

ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima.

Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.

O Dia (otro diario de Lisboa, edición 17 de octubre de 1917)

" A la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba

la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil

el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla que se tornó en una lámina de plata que se rompió cuando las nubes

se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar

y moverse en el circulo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido

y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso…..

La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos

sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente

y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos,

las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra.

La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado.

Los segundos parecían como horas, así de intensos eran.

Ti Marto (padre de Jacinta y Francisco)

Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía titilar primero

en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mi era

que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba.

De pronto pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo,

hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.

María Capelinha (una de las primeras creyentes)

El transformó todo de diferentes colores – amarillo, azul y blanco, entonces se sacudió y tembló,

parecía una rueda de fuego que caía sobre la gente. Empezaron a gritar "¡nos va a matar a todos!",

otros clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto de contrición.

Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta, diciendo que había hecho esto y aquello….

Cuando al fin el sol dejó de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aun estabamos vivos,

y el milagro predicho por los niños fue visto por todos.

Yo estaba mirando hacia el lugar de las apariciones, esperando serena y fríamente que algo sucediera,

y con una curiosidad en descenso por que había pasado mucho tiempo sin que sucediera nada

que me llamara la atención, entonces escuche miles de voces gritar y vi que la multitud de pronto

se voltio, hacia el lado contrario, sus espaldas en contra del sitio donde yo tenía dirigida mi atención

y miré al cielo del lado opuesto.

La hora legal era cerca de las 2 de la tarde, alrededor del medio día solar. EL sol unos momentos antes había aparecido entre unas nubes, las cuales lo ocultaban y brillaba clara e intensamente.

Yo me volví hacia el magneto que parecía atraer todas las miradas y lo vi como un disco

con un aro claramente marcado, luminoso y resplandeciente, pero que no hacía daño a los ojos.

No estoy de acuerdo con la comparación que escuchado han hecho en Fátima y la de un pesado

disco plateado. Era un color más claro rico y resplandeciente que tenía algo del brillo de una perla.

No se parecía en nada a la luna en una noche clara porque al uno verlo y sentirlo parecía un cuerpo vivo.

No era una esfera como la luna ni tenía el mismo color o matiz. Perecía como una rueda de cristal

hecha de la madre de todas las perlas. No se podía confundir con el sol visto a través de la neblina

(por que no había neblina en ese momento), porque no era opaca, difusa ni cubierta con un velo.

En Fátima daba luz y calor y aparentaba un claro cofre con un arco bien difundido.

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APARICIONES DE LA VIRGEN DE  FATIMA


PRIMERA APARICION









































































































PRIMERA APARICION:


EL ANGEL DE PORTUGAL




En la primavera de 1916 Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron su primer encuentro con un mensajero celestial. Escribiendo en sus memorias, compuestas bajo obediencia a su obispo, Lucía nos cuenta sobre esa primera reunión:

Fuimos esa vez a la propiedad de mis padres, que está abajo del Cabeco, mirando hacia el este. Se llama Chousa Velha.

Como a mitad de mañana comenzó a lloviznar y subimos la colina, seguidos de las ovejas, en busca de una roca que nos protegiera. Así fue como entramos por primera vez en el lugar santo. Está en la mitad de una arboleda de olivos que pertenece a mi padrino, Anastasio. Desde allí uno puede ver la aldea donde yo nací, la casa de mi padre y también Casa Velha y Eira da Pedra. La arboleda de obispos, que en realidad pertenece a varias personas, se extiende hasta estos lugares.

Pasamos el día allí, a pesar que la lluvia había pasado y el sol brillaba en el cielo azul. Comimos nuestros almuerzos y comenzamos a rezar el rosario. Después de eso comenzamos a jugar un juego con guijarros. Pasaron tan solo unos segundos cuando un fuerte viento comenzó a mover los árboles y miramos hacia arriba para ver lo que estaba pasando, ya que era un día tan calmado. Luego comenzamos a ver, a distancia, sobre los árboles que se extendían hacia el este, una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo transparente, tan brillante como un cristal en los rallos del sol. Al acercarse pudimos ver sus rasgos. Nos quedamos asombrados y absorbidos y no nos dijimos nada el uno al otro. Luego él dijo:​

Francisco Marto


Nació en Aljustrel, Fátima,

el 11 de Junio de 1908.

Fue bautizado el 20 de Junio

de 1908.



Cayó victima de la neumonía

en Diciembre de 1918

y falleció en Aljustrel a las 22 horas del día 4 de Abril de 1919.



Sus restos mortales quedaron sepultados en el cementerio parroquial de Fátima hasta

el día 13 de marzo de 1952,

fecha en que fueron trasladados para la Basílica de Cova da Iria (lado derecho según se entra).



Su gran preocupación era la de “consolar a Nuestro Señor”.

El Espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su vida tan corta. Pasaba horas “pensando

en Dios”. Según su historia,

el pequeño Francisco pasaba largas horas "pensando en Dios", por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.



Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el que después de las apariciones "se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban".




Mientras se acercaba la fecha de Julio Lucía continuaba a ser turbada por las palabras de su pastor que advertía

que el diablo podría estar detrás de estas apariciones. Finalmente, ella le confió a Jacinta que su intensión

era de no ir. Pero cuando el día finalmente llegó, sus miedos y ansiedades se desaparecieron, de manera que

a las doce estaba en Cova con Jacinta y Francisco, esperando la llegada de la bella Señora.

La aparición del 13 de julio provó ser en muchas formas la parte más controversial del mensaje de Fátima, proveyendo

un secreto en tres partes que los niños guardaron celosamente. Las primeras dos partes, la visión

del infierno y la profecía del futuro role de Rusia y como prevenirlo, no serían reveladas hasta que Lucía las escribió

en su tercer diario, en obediencia al obispo, en 1941. La tercera parte, comúnmente conocido como el Tercer Secreto,

fue más tarde comunicado al obispo, quien lo envió sin leer al Papa Pío XII.

Unos minutos después de haber llegado a Cova da Iria, cerca del encino, donde un gran número de personas estaban rezando el Rosario, vimos un flash de luz una vez más, y un momento después Nuestra Señora 
se apareció en el encino.

"Lucía", dijo Jacinta, "habla. La Señora te está hablando"
"¿Si? Dijo Lucía. Ella habló humildemente, pidiendo perdón por sus dudas con todos sus gestos,

y le dijo a la Señora "¿Qué quieres de mi?

Quiero que vengan aquí el día trece del mes que viene. Continúen diciendo el Rosario todos los días en honor

a Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el final de la guerra,

porque sólo ella puede obtenerlo.

"Sí, Sí"
" Yo quisiera preguntarle quien es usted, y si puede hacer un milagro para que todo el mundo sepa

a ciencia cierta que se ha aparecido"

Deben venir aquí todos los meses, y en octubre yo te diré quien soy y lo que quiero.

Después haré un milagro para que todos crean.

Por tanto segura de lo que hacía, Lucia comenzó a poner ante la Señora las peticiones que todos le habían confiado.

La Señora dijo muy gentilmente que ella curaría a algunos, pero que a otros ella no curaría.

"¿Y el hijo paralítico de Maria da Capelinha?"

No, no será curado ni de su enfermedad ni de su pobreza, y debe de asegurarse de decir el Rosario

junto a su familia todos los días.

Otro caso encomendado por Lucía a la Señora fue el de una mujer enferma de Atougia quien pidió que

se la llevaran al cielo.

Dile que no tenga prisa. Dile que yo sé muy bien cuando yo vendré a buscarla.
Hagan sacrificios por los pecadores, y digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio:

Oh Jesús, esto es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María.

Mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez más, como lo había hecho en los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían penetrar la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego.

Sumergidos en este fuego estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en llamas, todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora levantadas en el aire por las llamas que salían

de ellos mismos junto a grandes nubes de humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos,

sin peso o equilibrio, entre chillidos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar

de miedo. (debe haber sido esta visión la que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice).

Los demonios podían distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a miedosos animales desconocidos, negros

y transparentes como carbones en llamas. Horrorizados y como pidiendo auxilio, miramos

hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan amablemente y tan tristemente:

Ustedes han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer

en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen lo que yo les diga, muchas almas se salvarán,

y habrá paz. Esta guerra cesará, pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, otra guerra más terrible comenzará

durante el pontificado de Pio XI. Cuando ustedes vean una noche que es iluminada por una luz extraña

y desconocida (esto ocurrió en Enero 28, 1938) sabrán que esta es la señal que Dios les dará que indicará

que está a punto de castigar al mundo con la guerra y el hambre, y por la persecución de la Iglesia y del Papa.

Para prevenir esto, vengo al mundo para pedir que Rusia sea consagrada a mi Inmaculado Corazón, y pido

que los primero Sábados de cada mes se hagan comuniones en reparación por todos los pecados del mundo.

Si mis deseos se cumplen, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, Rusia repartirá sus errores alrededor del mundo,

trayendo nuevas guerras y persecuciones a la Iglesia los justos serán martirizados y el Santo Padre tendrá

que sufrir mucho, ciertas naciones serán aniquiladas. Pero al final mi Inmaculado Corazón triunfará.

El Santo Padre consagrará a Rusia a Mi, y esta será convertida y el mundo disfrutará de un período de paz.

En Portugal la fe siempre será preservada…(Aquí viene la parte del secreto que aún no ha sido revelado).

Recuerden, no deben decirle esto a nadie más que a Francisco.

Cuando ustedes recen el Rosario, digan después de cada misterio:

O mi buen Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno,

especialmente a las más necesitadas de tu divina Misericordia.

" ¿Hay algo más que quieras de mi?"

No, no quiero más nada de ti hoy.

Luego, al igual que antes Nuestra Señora comenzó a ascender hacia el Este, hasta que finalmente desapareció

en la inmensa oscuridad del firmamento.

La posesión del Secreto probó ser una gran prueba para los tres pequeños. La familia, los vecinos, seguidores

de la aparición, hasta el clero, trató sin éxito que fuera revelado. Finalmente, en cuanto el día de la aparición

se acercaba hasta el gobierno civil, que era secular y venenosamente anti clerical, alarmado por el número

de personas que estaban interesándose en los eventos de Fátima, atentaron con arrebatárselos y en el proceso exponer

a la Iglesia como colaboradora en un fraude.

Bajo el pretexto de proveerles su propio automóvil, para que los niños pudieran trasladarse seguramente en medio

de la multitud que rodeaba sus hogares, el administrador civil o alcalde del distrito en el que estaba ubicado Fátima,

llegó a Aljustrel en la mañana del 13 de agosto. En un atentado para conocer "la verdad" sin éxito, el 11 de agosto,

Arturo Santos, un apóstata Católico y Masón de alto rango, había planeado una trampa que dejaría a los niños

bajo su custodia para forzarlos a revelar todo. Como acto de buena fe, se ofreció para llevar a los tres niños

y a sus padres a ver al párroco, quien él decía que quería verles, y así se fue a Cova.


En la casa parroquial él abandonó esta artimaña así como a los padres llevándose solo a los niños hasta la cede

del distrito en Vila Nova de Ourem, a unas 9 millas de distancia. Aquí el intentó comprarlos, los amenazó de muerte

y encerrándolos en una celda con otros "criminales" para hacerlos retractar de su historia.

Todo esto sin ningún resultado. A pesar de sus edades, su fe en la Señora y su coraje fueron imperturbables.

Mientras tanto en Cova al mediodía del día 13 los signos externos característicos de la aparición se hicieron

visibles para la multitud, la mayor multitud hasta los momentos. Después que estos signos terminaron

la multitud se dispersó, sin saber sobre las trampas tendidas por el gobierno.

Sin embargo, el "juicio" de los niños continuó por dos días, preocupando de gran modo a sus familias.

Finalmente, en la fiesta de la Asunción el 15 de agosto, el Administrados los condujo de nuevo a Fátima

y los dejó a los pies de la rectoría. Aquí fueron vistos por la gente que salía de Misa tratando de determinar

por parte de Ti Marto dónde habían estado los niños. Su furia se volcó contra el conductor del auto

y contra el Alcalde cuando llegó un poco más tarde, ambos ansiosos de escapar ilesos.

Este fue el único esfuerzo serio por parte de la autoridades por intervenir con la Señora de Fátima.

En cuanto a los planes de la Señora, fueron retrasados un poco. El Domingo 19 Lucía, su hermano Juan

y Francisco estaban pastoreando sus ovejas en un lugar llamado Valinhos. Estaba ubicado al lado

de la misma colina opuesta a Aljustrel donde se les apareció el ángel dos veces, un poco más al norte.

Alrededor de las 4 de la tarde, presintiendo que la Señora estaba apunto de aparecerse, Lucía trató sin éxito

de convencer a John que fuera a buscar a Jacinta hasta que le ofreció unos cuantos centavos por la diligencia.

Mientras ella y Francisco esperaban vieron la luz típica. El momento en el que Jacinta llegó se apareció la Señora.

"¿Que quieres de mí?"

Vengan otra vez a Cova da Iria el trece del mes que viene, mi hija, y continúen rezando el Rosario

todos los días. El último día yo haré un milagro para que todos crean.


"¿Que debemos hacer con las ofrendas que deja la gente en Cova da Iria?"

Quiero que hagan dos andas (para cargar estatuas) para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

Quiero que tu y Jacinta lleven una de ellas con dos otras niñas. Ustedes dos se vestirán de blanco.

Y luego quiero que Francisco, con tres niños ayudándolo, cargue la otra. Los niños también han de vestir

de blanco. Lo que quede de las ofrendas ayudará para la construcción de la capilla que ha de ser construida aquí.

Lucía luego preguntó por la curación de algunos enfermos

Algunos los curaré durante este año

(mirándolos tristemente)

 Oren, oren mucho. Hagan sacrificios por los pecadores. Muchas almas se van al infierno,

porque nadie está dispuesto a ayudarlas con sacrificios.

Habiendo dicho esto se retiró como lo había hecho en otras ocasiones.



































































SEXTA APARICION




























































































































































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                                SEGUNDA APARICION DEL ANGEL DE PORTUGAL





































CUARTA APARICION








































































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QUINTA APARICION

















































































































































​SEGUNDA APARICION





































































​      Por los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal,

      el Papa Francisco ha decidido conceder la indulgencia plenaria

      durante todo el Año Jubilar que comenzó el 27 de noviembre y terminará

      el 26 de noviembre de 2017.

      El Santuario de Fátima indicó que para obtener las indulgencias plenarias

      los fieles deben  cumplir primero con condiciones habituales:

      confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

      En declaraciones a ACI Prensa, el secretario de la rectoría del Santuario

      de Fátima en Portugal, André Pereira, explicó que las indulgencias

      plenarias podrán obtenerse durante todo el Año Jubilar y para ello

      existen tres maneras, detalladas en un comunicado publicado

      en el sitio web del santuario.

      1.- Peregrinar al Santuario

      La primera forma es que “los fieles vengan en peregrinación

      al Santuario de Fátima en Portugal y que allí participen en una

      celebración u oración dedicada a la Virgen”.

      Además de ello los fieles deben rezar el Padrenuestro,

      recitar el Credo e invocar a la Madre de Dios.

      2.- Ante cualquier imagen de la Virgen de Fátima

      en todo el mundo

      La segunda forma se aplica para “los fieles piadosos que visitan con devoción

      una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración

       pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado

      en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo

      hasta octubre (de 2017),

      y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de

      la Virgen María”.

      Al respecto de la segunda forma, el secretario de la rectoría del Santuario de Fátima

      indicó a ACI Prensa que la visita a la imagen la Virgen “no tiene que ser 

      necesariamente solo en Fátima o exclusivamente

     en Portugal” sino que puede ser en cualquier parte del mundo.

      También se debe rezar un Padrenuestro, el Credo e invocar a la Virgen de Fátima.

      3.- Ancianos y enfermos

      La tercera forma de obtener una indulgencia se aplica a las personas que

      por la edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse.


      Pueden rezar ante una imagen de la Virgen de Fátima y deben unirse

      espiritualmente en las celebraciones jubilares en los días de las apariciones,

      los días 13 de cada mes, entre mayo y octubre de 2017.

     Además tienen que “ofrecer con confianza a Dios misericordioso, a través de María, 

     sus oraciones y dolores o los sacrificios de su propia vida”.





A pesar del ridículo y las burlas causadas por la prensa secular y atea, más de 30,000 personas se reunieron

en Cova para la aparición del mes de septiembre. Ahora mientras se recitaba el Rosario la multitud pudo ver

a los niños ponerse de pie mirando hacia el este y ver como la admiración se apoderaba de sus rostros.

Un momento mientras los niños esperaban, mirando y mirando, sus ojos en el encino, su gozo encendido

como una llama. Ya habían caido de rodillas de nuevo, y personas cerca de Lucía la escucharon decir:

"¿Qué quieres de mi?"

Continúen diciendo el Rosario, mis hijos. Díganlo todos los días para que cese la guerra. En octubre vendrá nuestro Señor, así como Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Nuestra Señora del Monte Carmelo.

San José se aparecerá con el Niño Jesús para bendecir al mundo.

A Dios le agradan sus sacrificios, pero no quiere que se pongan los cordones de noche para ir a dormir.

Sólo pónganselos durante el día.

"¿Tengo las peticiones de muchas personas que piden tu ayuda. Asistirás a una niña que es sordo muda?"

Ella mejorará en un año.

"¿Y las conversiones que algunos han pedido? ¿Las sanaciones de los enfermos?"

Algunas las curaré a otras no. Nuestro Señor no confía en todos ellos.

"¿Quieres que se construya una capilla pequeña aquí con el dinero que las personas han dejado aquí?"

Sí, deseo que se construya una pequeña capilla en honor de Nuestra Señora del Rosario. Pero diles que se utilice

sólo la mitad de este dinero para esto. La otra mitad será para las dos andas que ustedes ya saben.

"Muchos creen que yo soy una impostora y un fraude, dicen que merezco ser colgada o quemada.

¿Puedes por favor hacer un milagro para que ellos crean?"

En Octubre haré un milagro que permitirá que todos crean

Le entrevista se había terminado. La visión se elevó como antes, y Lucía, señalando a la Señora

le dijo a la multitud, " Si desean verla ----¡miren! ¡miren!


En Portugal el trece de Junio es una gran fiesta, la fiesta de San Antonio de Lisboa, conocido comúnmente como

San Antonio de Padua. Este obrero milagroso franciscano nació en Lisboa y había entrado a la vida religiosa como

un Canon Ragular de la Santa Cruz, residiendo primero en Lisboa y después en Coimbra antes de dejar la orden Portuguesa para ingresar a la nueva orden de Hermanos Menores y esperar por el martirio. Esta era, y es, la fiesta

de los niños en Portugal, de manera que los padres de Lucía naturalmente pensaron que las festividades

de la parroquia de Fátima distraerían a Lucia de su cita en Cova. Sin embrago, no afectada

por esta táctica Lucía y los Marto procedieron al sitio de la aparición para cumplir con su cita al mediodía.

Cuando ellos llegaron vieron que había una pequeña multitud esperándolos.

Después de haber recitado el rosario con Jacinta y Francisco junto con las personas que estaban presente, vimos otra vez, el reflejo de luz que se nos acercaba (solíamos decir que eran rayos) y después,
a Nuestra Señora en el roble

como en mayo.


" Por favor dígame, Señora, ¿qué es lo que quiere de mi?"

Quiero que vengas aquí el día trece del mes que viene. Quiero que continúes diciendo el Rosario todos los días.

Después de cada misterio, mis hijos, quiero que recen de esta manera.

"Oh mi buen Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno.

Lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia".

Quiero que aprendan a leer y escribir, y luego les diré que más quiero de ustedes.

"¿Nos llevarás al cielo?"

Si, me llevaré a Jacinta y a Francisco muy pronto, pero tú te quedarás un poco más, ya que Jesús desea

que tu me hagas conocer y amar en la tierra. El también desea que tu establezcas devoción

en el mundo entero a mi Inmaculado Corazón.

"¿Debo permanecer en el mundo sola?"

No sola, hija mía, y no debes estar triste. Yo estaré contigo siempre, y mi Inmaculado Corazón

será tu consuelo y el camino que te llevará hacia Dios.

En el momento en el que ella dijo las últimas palabras, abriendo sus manos, Ellas nos transmitió

por segunda vez, el reflejo de esa luz intensa. En ella sentíamos que estabamos sumergidos en Dios.

Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se elevaba hacia los Cielos, y yo en la parte

que se derramaba sobre la tierra. En frente de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora

estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavársele. Entendimos que era el Inmaculado Corazón

de María ofrecido por los pecados de la humanidad, deseando ansiosamente reparación.

La aparición luego terminó como en la primera ocasión, con la Señora elevándose hacia el este

y desapareciendo en la "inmensidad de los cielos".

A pesar del gozo de esos preciosos momentos el dolor de los niños continuó las siguientes semanas, moderado por la creencia de muy pocos de los presentes en Cova ese día. Ellos sabían que algo inusual 
había ocurrido – vieron los "rayos",

algunos percibieron un cierto oscurecimiento del sol, otros una pequeña nube gris que iba y venía mientras ocurría la aparición y ellos creyeron. Sin embrago, las dificultades con sus familias no cesaron, especialmente con sus madres, quienes estaban verdaderamente alarmadasya que los eventos no sólo continuaban sino que más bien se expandían. A ésto se le añadió la ardua cautela del párroco, que sospechaba que después de todo esto fuera a ser real pero del demonio.

Llevando a su rebaño fuera de Aljustrel en la mañana del 13 de mayo, la fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, los tres niños pasaron Fátima, donde se encontraban la parroquia y el cementerio, y procedieron

más o menos un kilómetro hacia el norte a las pendientes de Cova. Aquí dejaron que sus ovejas pastorearan mientras ellos jugaban en la pradera que llevaba uno que otro árbol de roble. Después de haber tomado su almuerzo alrededor del mediodía decidieron rezar el rosario, aunque de una manera un poco truncada, diciendo sólo las primeras palabras de cada oración. Al instante, ellos fueron sobresaltados por lo que después describieron como un

"rayo en medio de un cielo azul". Pensando que una tormenta se acercaba se debatían si debían tomar las ovejas

e irse a casa. Preparándose para hacerlo fueron nuevamente sorprendidos por una luz extraña.

Comenzamos a ir cuesta abajo llevando a las ovejas hacia el camino. Cuando estabamos en la mitad de la cuesta, cerca de un árbol de roble (el gran árbol que hoy en día está rodeado de una reja de hierro), vimos otro rayo,

y después de da unos cuantos pasos más vimos en un árbol de roble (uno más pequeño más abajo en la colina)

a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol, irradiando unos rallos de luz clara e intensa,

como una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella. Nos detuvimos asombrados

por la aparición. Estabamos tan cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que ella irradiaba,

casi a un metro y medio:

Por favor no teman, no les voy a hacer daño

Lucía respondió por parte de los tres, como lo hizo durante todas las apariciones

¿De dónde eres?

Yo vengo del cielo.

La Señora vestía con un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta sus pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían estrellas, con un crucifijo que era la gema más radiante de todas.

Quieta, Lucía no tenía miedo. La presencia de la Señora le producía solo felicidad y un gozo confiado.

"¿Que quieres de mi?"

Quiero que regreses aquí los días trece de cada mes por los próximos seis meses a la misma hora.

Luego te diré quien soy, y qué es lo que más deseo. Yo volveré aquí una séptima vez.

" ¿Y yo iré al cielo?"

Sí, tu irás al cielo.

" ¿Y Jacinta?"

Ella también irá

"¿Y Francisco?"

El también, amor mío, pero primero debe decir muchos Rosarios


La Señora miró a Francisco con compasión por unos minutos, matizado con una pequeña tristeza.

Lucía después se recordó de algunos amigos que habían fallecido.

"¿Y María Neves está en el cielo?

Si, ella esta en el cielo

"¿y Amelia?"


Ella está en el purgatorio.
Se ofrecerán a Dios y tomarán todos los sufrimientos que El les envíe?
¿En reparación por todos los pecados que Le ofenden y por la conversión de los pecadores?

"Oh Sí, lo haremos"

Tendrán que sufrir mucho, pero la gracia de Dios estará con ustedes y los fortalecerá.

Lucía relata que mientras la Señora pronunciaba estas palabras, abría sus manos,y
Fuimos bañados por una luz celestial que parecía venir directamente de sus manos. La realidad de esta luz penetró nuestros corazones y nuestras almas, y sabíamos que de alguna forma esta luz era Dios, y podíamos vernos abrazada por ella. Por un impulso interior de gracias caímos de rodillas, repitiendo en nuestros corazones:

 "Oh Santísima Trinidad, te adoramos. Mi Dios, mi Dios, te amo en el Santísimo Sacramento"

Los niños permanecían de rodillas en el torrente de esta luz maravillosa, hasta que la Señora habló de nuevo, mencionando la guerra en Europa, de la que tenían poca o ninguna noción.

Digan el Rosario todos los días, para traer la paz al mundo y el final de la guerra.

Después de esto ella se comenzó a elevar lentamente hacia el este, hasta que desapareció en la inmensa distancia.

La luz que la rodeaba parecía que se adentraba entre las estrellas, es por eso que a veces decíamos

que vimos a los cielos abrirse.

Los días siguientes fueron llenos de entusiasmo, aunque ellos no pretendían que fueran así. Lucía había prevenido

a los otros de mantener a su visita en secreto, sabiendo correctamente las dificultades que ellos experimentarían

si los eventos se sabrían. Sin embargo la felicidad de Jacinta no pudo ser contenida, cuando prontamente se olvidó de su promesa y se lo reveló todo a su madre, quien la escuchó pacientemente pero le dio poca credibilidad

a los hechos. Sus hermanos y hermanas se metían con sus preguntas y chistes. Entre los interrogadores solo su padre, "Ti" Marto estuvo inclinado a aceptar la historia como verdad. El creía en la honestidad de sus hijos, y tenía una simple apreciación de las obras de Dios, de manera que él se convirtió en el primer creyente

de las apariciones de Fátima.

La madre de Lucía, por otro lado, cuando finalmente escuchó lo que había ocurrido, creyó que su propia hija

era la instigadora de un fraude, si no una blasfemia. Lucía comprendió rápidamente lo que la Señora quería decir cuando dijo que ellos sufrirían mucho. María Rosa no pudo hacer que Lucía se retractara, aún bajo amenazas. Finalmente la llevó a la fuerza donde el párroco, el padre Ferreira, sin tener éxito. Por otro lado, el padre de Lucía, quien no era muy religioso, estaba prácticamente indiferente, atribuyendo todo a los caprichos de mujeres.


Las próximas semanas, mientras los niños esperaban su próxima visita de la Señora en Junio, les revelaron

que tenían pocos creyentes, y muchos en contra en Aljustrel y Fátima.



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  TERCERA APARICION DEL ANGEL DE PORTUGAL




































Jacinta Marto



Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Marzo de 1910. Fue bautizada el 19 de Marzo de 1910. Víctima de la neumonía cayó enferma en Diciembre de 1918. Estuvo internada en el Hospital de Villa Nueva de Ourém y por fin en Lisboa, en el hospital de D. Estefanía donde murió a las 22.30 horas del día 20 de Febrero de 1920.


Del 21 de Enero al 2 de Febrero de 1920, estuvo en el Orfanato de Nuestra Señora de los Milagros, en la Calle de Estrella, en Lisboa, casa fundada por la D. María Godinho, a quien Jacinta llamaba "Madrina". Fue celebrada la Misa de cuerpo presente en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Lisboa, donde su cuerpo estuvo depositado hasta el día 24, día en que fue transportada a una urna para el cementerio de Villa Nueva de Ourém. Fue trasladada para el cementerio de Fátima el 12 de Septiembre de 1935, fecha en que la urna fue abierta.


El 1 de Mayo de 1951 fue finalmente trasladada a la Basílica del Santuario.

Más allá de las 5 Apariciones de la Cova de Iría y 1 de los Ángeles,

Nuestra Señora se le apareció a Jacinta 4 veces más en casa durante

la enfermedad, 1 en la Iglesia Parroquial en un jueves de la Ascensión,

y aún en Lisboa en el Orfanato y en el hospital.



Su vida fue caracterizada por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores.
Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio

a Dios, como les recomendará el Ángel, diciendo siempre la oración que Nuestra Señora les enseñará: “Oh Jesús, es por nuestro amor, por la conversión de los pecadores (y acrecentada, por el Santo Padre)

y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado

Corazón de María". 

Lucía de Jesús

La principal protagonista de las apariciones, nació el 22 de marzo de 1907. En Aljustrel, perteneciente a la parroquia de Fátima.

El día 17 de junio de 1921 ingresó en el Asilo de Vilar (Porte), dirigido por las religiosas de Santa Dorotea. Después fue para Tuy, donde tomó el hábito y le pusieron el nombre de María Lucía de Los Dolores.

Hizo su profesión religiosa de votos temporales el 3 de octubre de 1928 y el 3 de octubre 1934 los perpetuos. En el día 24 de marzo de 1948 ingresó en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, tomando el nombre de Hermana María Lucía del Corazón Inmaculado. En el día 1 de mayo de 1949 hizo sus votos solemnes.

La Hermana Lucía vino a Fátima varias veces: el 22 de mayo de 1946; el 13 de mayo de 1967; en 1981 para dirigir en el Carmelo de Fátima un trabajo de pintura sobre las apariciones; el 13 de mayo de 1982 y el 13 de mayo de 1991.

Fue llamada a la Casa del Padre el 13 de febrero de 2005.


No tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo.
El se arrodilló, doblando su rostro hasta el suelo. Con un impulso sobrenatural hicimos lo mismo, repitiendo

las palabras que le oímos decir:
Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran,

no te esperan y no te aman.
Después de repetir esta oración tres veces el ángel se incorporó y nos dijo:
Oren de esta forma. Los corazones de Jesús y María están listos para escucharlos.

Y desapareció. Nos dejó en una atmósfera de lo sobrenatural que era tan intensa que estuvimos por largo rato

sin darnos cuenta de nuestra propia existencia. La presencia de Dios era tan poderosa e intima que aún

entre nosotros mismos no podíamos hablar. Al día siguiente, también esta atmósfera nos ataba, y se fue disminuyendo y desapareció gradualmente. Ninguno de nosotros pensó en hablar de esta aparición o hacer ningún tipo de promesa en secreto. Estabamos encerrados en el silencio sin siquiera desearlo.

El efecto intenso de esta aparición del Angel tuvo sobre los niños, fue diferente a la experiencia un tanto serena

con la Virgen el año siguiente. Lucía dice:
No sé porque pero las apariciones de la Virgen produjeron en nosotros efectos muy diferentes que los de

las visitas del ángel. En las dos ocasiones sentimos la misma felicidad interna, paz y gozo, pero en vez de

la posición física de postrarce hasta el piso que impuso el ángel, nuestra Señora trajo una sensación de expansión y libertad,y en vez de este aniquilamiento en la presencia divina, deseábamos solamente exaltar nuestro gozo.

No había dificultad al hablar cuando nuestra Señora se apareció, había más bien por mi parte un deseo

de comunicarme.
Esta diferencia puede tal vez ser explicada de la siguiente manera. Los ángeles cualquiera que sea su coro tienen

en común con Dios una naturaleza espiritual, no mezclada con la materia. La bondad de su ser, llena de justicia divina de acuerdo con el nivel de gloria dado a cada uno, irradia esa santidad sin mediación, por tanto proporcionada a la capacidad de los seres humanos para experimentarla. No sin razón las escrituras demuestran cuan fácil se puede confundir a un ángel apareciéndose a un hombre con el mismo Dios. (Apoc. 19:10, 22:9).

Sin embargo, cuando se aparece nuestra Señora, aunque su gloria es mayor a la del más alto serafín,

su naturaleza humana cubre esta gloria, así como pasó con la naturaleza de nuestro Señor, aún después

de su Resurrección.
Aunque los ángeles también pueden aparecer en una forma más mundana, debe haber sido parte del propósito divino 
el revelarle a los niños algo de la Santidad de Dios. Lucía nos dice sobre este efecto que tardó

en desaparecer:
Sus palabras se sumieron tan profundamente en nuestras mentes que nunca las olvidamos, hasta el punto

en que pasábamos largos ratos de rodillas repitiéndolas, a veces hasta que nos caíamos exhaustos.

Lucía no está segura de cuando ocurrió la tercera aparición del ángel, ella cree recordar que fue a finales de Septiembre u Octubre de 1916. Habiéndose dirigido a Cabeco con sus rebaños, y estando más atentos

a las palabras del ángel,ellos se arrodillaron inmediatamente para orar la oración que les enseño el ángel: Dios mío, yo creo en ti, yo te adoro…etc.

Después de haber repetido esta oración no sé cuantas veces vimos a una luz extraña brillar sobre nosotros. Levantamos nuestras cabezas para ver que pasaba. El ángel tenía en su mano izquierda un cáliz y sobre él, en el aire, estaba una hostia de donde caían gotas de sangre en el cáliz.

El ángel deja el cáliz en el aire, se arrodilla cerca de nosotros y nos pide que repitamos tres veces:

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente, y te ofrezco el precioso cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo,

en reparación de los sufragios, sacrilegios e indiferencia por medio de las cuales Él es ofendido.

Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y por el Inmaculado Corazón de María, pido humildemente por la conversión de los pobres pecadores.

Después se levantó, tomó en sus manos el cáliz y la hostia. La hostia me la dio a mí y el contenido del cáliz se los dio a Jacinta y a Francisco, diciendo al mismo tiempo,Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre

de Jesucristo terriblemente agraviado por la ingratitud de los hombres. Ofrezcan reparación por ellos

y consuelen a Dios.

Una vez más él se inclinó al suelo repitiendo con nosotros la misma oración tres veces:

O Santísima Trinidad…etc. y desapareció.


Abrumados por la atmósfera sobrenatural que nos envolvía, imitamos al ángel en todo, arrodillándonos postrándonos como él lo hizo y repitiendo las oraciones como él las decía.

Fue de esta forma en la que fueron catequizados en oración, sufrimiento por reparación, y en la doctrina de la Santa Eucaristía, y fortalecidos por el Pan de Angeles, que los niños de Fátima fueron preparados para la visita de la Reina de Portugal, la Inmaculada Virgen María.



LAS  APARICIONES























































































​​​       SOS-SOPLO DE SANTIDAD

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MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION 

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MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN




TERCERA APARICION















































































































Durante el verano de 1916 los tres primos estaban jugando en el calor del día en el jardín cerca

del pozo detrás de la casa de los Santos en Aljustrel. Lucía describe cómo el ángel se les apareció

una vez más, castigándolos por su falta de seriedad espiritual.
De repente vimos al mismo ángel cerca de nosotros.

¿Que están haciendo? Ustedes deben rezar!. Rezar!. Los corazones de Jesús y María tienen designios Misericordiosos para ustedes. Deben ofrecer sus oraciones y sacrificios a Dios, el Altísimo.

¿Pero como nos debemos sacrificar? Pregunté.

En todas las formas que puedan ofrezcan sacrificios a Dios en reparación por los pecados por los que

Él es ofendido, y en suplicación por los pecadores. De esta forma ustedes traerán la paz a su país,

ya que yo soy su ángel guardián, el Angel de Portugal. Además, acepten y soporten con paciencia

los sufrimientos que Dios les enviará.


Esta aparición renovó el mismo efecto profundo que tuvo el primero en ellos. Francisco, quien

a lo largo de las apariciones del ángel y de nuestra Señora podía ver pero no escuchar, no tuvo éxito

en obtener de las niñas las palabras que el ángel había dicho hasta el próximo día. Lucía nos dice:


Las palabras del ángel se sumieron en lo profundo de nuestras almas como llamas ardientes, mostrándonos

quien es Dios, cual es su Amor por nosotros, y cómo Él quiere que nosotros le amemos también, el valor

del sacrificio y cuanto Le agrada, cómo El lo recibe para la conversión de los pecadores. Es por eso que a partir

de ese momento comenzamos a ofrecerle aquellos que nos mortificara.