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SOS-SOPLO DE SANTIDAD

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LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS

LO QUE NOS PIDAS HAREMOS

MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN

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MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION 

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San Eliseo



profeta


Año 850 a. de C.

Omnipotente y sempiterno Dios, que te manifestas admirablemente

en la elección de los profetas; concédenos, te rogamos, que, así como

el espíritu de Elias lo duplicaste en Eliseo, así también te dignes

duplicar en nosotros la gracia del Espíritu Santo, para que podamos realizar obras virtuosas. Amén.

 

 Eliseo ("Dios es mi salvación") es una figura dominante del siglo IX

antes de Cristo. Conocemos el nombre de su padre, Safat, originario

de Abel Meholah, al sur de Bewt-Shan, y sabemos que su familia

era acomodada (1 Re 19, 16-19).

El Carmelo desde siempre consideró a este discípulo de San Elías,

de quien heredó su doble espíritu, como su segundo padre espiritual.

Dios le elige directa y especialmente (1 Re 19,16) para que vaya

en seguimiento de Elías (1 Re 19,l9ss), al cual sucederá después

de la misteriosa desaparición de éste, heredando su espíritu

en la medida establecida por la Ley para los primogénitos: el doble

que los otros herederos [2 Re 2,1-15]. Su condición de "hombre de Dios"

se revela principalmente en los prodigios de todo género con que está entretejida su vida. Los obra por si mismo, para personas particulares

y para comunidades enteras.

Vivió hacia 850-800, sucesor de san Elias, al que supera ciertamente

por el número y lo llamativo de sus milagros, pero no por su personalidad

y su influencia religiosa. Así, Elías es mencionado en el Nuevo Testamento, significativamente, 30 veces; Eliseo sólo una vez (Lc 4,27).

Su historia, casi legendaria y a veces plagiada de la de Elías, fue recogida

en 1 y 2 Re (1 Re 19, 19-21,2 Re, 13-8, 15,9,1-15,13, 14,-21). Con la unción

de Yehú provocó la caída de la dinastía de Ajab. Gozaba de gran estimación entre los reyes Yosafat (2 Re 3,12) y Yoás (2 Re 13,14-19).

Parece que incluso sus propios huesos obraban milagros (2 Re 13,20s).

Eliseo aparece en la Biblia cuando Elías es arrebatado y su carisma pasa

a Eliseo (2 Re 1), y concluye con el milagro que tuvo lugar con el cadáver del profeta ya enterrado (2Re 13,21).

La mayoría de las narraciones, que semejan hermosas "florecillas", muestran a Eliseo rodeado de unos grupos que reciben el nombre de "discípulos (o hijos) de los profetas".



¿Los carmelitas sucesores de "los hijos de los Profetas"?

Esta es una cuestión ya superada, pero quizá sea bueno recordar aquí quiénes eran estos "hijos de los Profetas" a los que muchos autores

de dentro y fuera de la Orden señalaron durante siglos como predecesores de los actuales carmelitas, que tienen su verdadero origen a finales

del siglo XII.
San Eliseo era el Maestro y Padre de todos estos grupos, a quien acudían

y obedecían: 2 Re 4,38;6, 1-2,12-21...
Quizá no nos equivoquemos si consideráramos a esas confraternidades

de profetas como los últimos portadores de una fe en Yahvé,

pura y sin mezcla; ni tampoco nos equivoquemos, si estimamos en alto grado su importancia en orden a la pervivencia de la fe en Yahvé,

y en especial para el sello característico que tendrá en adelante.


En último término, éste es el punto del que partió aquella inaudita radicación de la fe yahvista y del derecho divino que nos encontramos

en los profetas más tardíos.
Los sorprendentes descubrimientos en las grutas situadas al noroeste

del mar Muerto, no solamente nos proporcionan noticia

de un establecimiento de esenios de estricta observancia, un siglo antes

y un siglo después del nacimiento de Cristo, sino que nos proporcionan también una visión exacta de las ordenanzas rigurosas de su vida comunitaria dirigida autoritativamente (todo ello gracias al documento llamado "Reglas de la secta"), muestran bajo nueva luz los relatos referentes a las fraternidades de profetas de la época de Eliseo.
Hasta la última reforma litúrgica, obra del Vaticano II, celebrábamos

su fiesta el 14 de junio. Ahora la celebramos, juntamente con la de N.P.S. Elías, el 20 de julio.

Su mensaje

que estemos dispuestos a dejarlo todo por seguir la llamada.
que procuremos encarnar el doble espíritu: oración y apostolado.
que seamos fieles a nuestro Maestro.
que procuremos el bien de todos nuestros hermanos.